viernes, febrero 09, 2007

ALGÚN LUGAR

Entonces cogiste mi mano, y mis pies empezaron a elevarse sobre la oscura hierba iluminada sólo por las farolas del parque.
Observé tu calida sonrisa. No parecías tener miedo del hecho de estar flotando, supongo que sabias adonde nos dirigíamos. Y cuando tus labios mojaron los míos yo también perdí el miedo, porque justo en ese momento dos grandes alas negras comenzaron a brotar de mis hombros.
Nos fundimos en un abrazo que duró muchas vidas mortales, arropados por un manto de plumas, y un instante después no hizo falta preguntar, puesto que ya habíamos llegado al paraíso.

"Llévame donde nadie me haga callar, donde pueda pensar en libertad... Mas allá de los limites del bien y del mal."

1 comentario:

Aracne dijo...

Siempre creí que era yo la niña asustada que cogía tu mano para que la cuidaras... Aunque de alguna manera tenía que llevarte a Réquiem conmigo, ¿no?

Espero que esas alitas negras de dragón me lleven al universo de mis sueños cada vez que te mire a los ojos.